El combate de la pobreza en el mundo contemporáneo (página 2)
- · Focalización.
- · Eficiencia y equidad.
- · Participación de los destinatarios.
- · Descentralización.
En el mismo reporte, Fundar establece que los
programas de
combate a la pobreza tienen
las siguientes características [10]:
1. Planos micro.
2. Uso óptimo del gasto social bajo
prioridades claras: reducir costos
administrativos, adecuar la oferta,
suprimir filtraciones de recursos.
Asimismo, en cada programa de
combate a la pobreza se
identifica a los siguientes elementos [11]:
I. Clasificación funcional.
II. Asignación presupuestaria (gasto
corriente y de capital).
III. Objetivo.
IV. Población beneficiaria.
V. Criterios de elegibilidad.
VI. Enfoque de género.
VII. Cuotas.
VIII. Indicadores
de género.
IX. Limitantes de género.
X. Comentarios sobre el enfoque de
género.
Por último, la misma fuente revela que,
en el marco del combate a la pobreza, existen los siguientes
tipos de programas [12]:
a) Programas productivos.
b) Programas de desarrollo
de la comunidad.
c) Programas asistenciales.
d) Programas de infraestructura.
e) Otros programas.
1.4 Antecedentes
Desde hace varias décadas han existido
diversos programas de combate a la pobreza.
Algunos de ellos, incluso han tenido como
propósito no sólo paliar la pobreza sino
también fomentar el desarrollo productivo de ciertos
sectores y regiones —por ejemplo, de tipo agrícola,
artesanal, forestal, etc.—, desarrollados y aplicados por
el Gobierno de la
República. Entre ellos se cuenta a los
siguientes:
· Procampo.
· Progresa.
· Fondo de Microfinanciamiento para Mujeres Rurales (.02% del
Programa Alianza para el Campo).
· Mujer en Desarrollo Rural (.04% de Alianza para el
Campo).
· Participación de la Mujer en
Proyectos
Productivos.
· Atención a Productores Agrícolas de Bajos
Ingresos.
· Crédito a la Palabra.
· Atención a Zonas Áridas.
· Fonart (Fondo Nacional de Fomento a las
Artesanías).
Cuando se toca el término "pobreza" se
está haciendo referencia a más del 50 por ciento de
la población en el país —de hecho es mucho
más—, por lo cual ha sido prioritario aplicar una
gran parte del presupuesto
gubernamental y de las actividades emprendidas por éste
para abatir la pobreza.
Sin embargo, los programas que ejercita el
gobierno federal a través de sus diferentes
secretarías brindan apoyo y aparentemente también
exigen trabajo y
esfuerzo de quien va a beneficiarse, pero sobre todo resultados,
vigilando que los recursos se apliquen debidamente y den frutos.
Por desgracia, la realidad ha sido otra. Los programas sociales
del gobierno federal foxista tienden a descartar el paternalismo,
el asistencialismo y el clientelismo, a diferencia de los
criterios de gobiernos de extracción priísta.
Tradicionalmente, y se dice con conocimiento
de causa toda vez que milité en este instituto
político desde 1990, los apoyos y beneficios de estos
programas eran gestionados por diferentes instancias de los
comités nacional, estatal y municipales del PRI o de sus
organizaciones
sectoriales o adherentes.
Un ejemplo era la famosísima
Secretaría de Gestión
Social. Las organizaciones, especialmente las más grandes,
tenían la misión de
gestionar y, de facto, distribuir los beneficios de los
programas. Un ejemplo muy ilustrativo es el de la
Confederación Nacional Campesina, que gestionaba los
apoyos de programas como Aserca y Procampo. En sexenios
anteriores se estilaba que muchos de los recursos autorizados
para combatir la pobreza eran utilizados para el control del voto.
Así, los bonos de
tortillas, bonos para adquisición de leche
económica, de becas para los menores, de créditos para el campo, etc., se
aprovechaban para sostener al PRI en el gobierno. Por eso el
porcentaje de pobres en México se
incrementaba, sin dar ningún fruto el presupuesto
destinado a combatir la pobreza [13].
Hoy en día se exige por norma que estos
programas sean del dominio
público y se haga del conocimiento de todos que
están financiados con dinero del
erario público procedente de los impuestos, que
dichos recursos no provienen de ningún particular ni de
partido político alguno. Incluso, de ninguna dependencia
diferente a las del Ejecutivo, pues era tradicional que los
gestionaran los legisladores locales o federales del PRI —y
de los demás partidos también, que han ejercido el
clientelismo aunque minoritariamente—.
Se debe agregar, además, que el Centro
de Análisis e Investigación Fundar A. C. emite el
siguiente mensaje:
Es un error considerar que la pobreza se
combate sólo dando recursos materiales. Se
combate la pobreza apostando por la educación para que
las nuevas generaciones, que son el fruto de México,
tengan la mentalidad de triunfadores, hagan conciencia de que
el progreso se cimenta en el trabajo, y
el bien hecho, no soñando en sacarse la lotería, o
esperando ser millonario por arte de magia o
gracias a la suerte. El gobierno federal apuesta mucho a una
educación
que propicie el cambio rumbo
al progreso.
Objetivamente, otorgar beneficios y
estímulos en efectivo o en especie a la población,
no alivia la pobreza, sino que solamente sirve para paliarla y,
eventualmente, fomentarla de manera regulada. Es decir, se regula
su existencia, pero no se erradica ni se combate real ni
efectivamente. Es posible creer que serían mejores medidas
para erradicar la pobreza, las que a continuación se
enumeran:
1. Elevar y nivelar los salarios de los
trabajadores. Contrario a lo que se maneja en la jerga
económica, lo ideal no es crecer para distribuir, sino
distribuir para crecer. La eterna pregunta: ¿por
qué especialistas de otros países lo afirman y los
economistas y gobernantes mexicanos hacen exactamente lo
contrario?.
2. Creando una verdadera cultura del
trabajo, porque además de fomentar la pobreza, se fomenta
la flojera consuetudinaria —y que valga el término
empleado—, ya que es más fácil cobrar un
apoyo que ganarse un salario.
3. Creando una verdadera cultura laboral, porque
para el patrón es más fácil pagar menos y
tener muchos empleados mediocres que pagar mejor y tener mejores
empleados. Un rasgo no enunciado públicamente pero
conocido popularmente es que, cuando al trabajador se le paga
menos, este trabaja con menor calidad o roba al
patrón para compensar o desquitarse. Si se me permite
decirlo de este modo, unos hacen como que pagan, y los otros,
como que trabajan. Es un círculo vicioso que desde hace
decenios urge erradicar.
4. Cuando haya más gente activa dentro
de la economía ordenada y formal, será
más fácil ampliar la tasa de contribuyentes. Hay
que formalizar la economía y acabar con la cultura de
"economía de tianguis y de piratería" así como con la
economía informal y ya no se diga la economía
subterránea.
5. Fomentando el desarrollo de una cultura
emprendedora. Y eso forma parte del campo de la educación:
actualmente no se entrena y prepara a los futuros profesionistas
para fundar negocios y
empresas desde
tamaño micro hasta grande, sino para ser empleados de
alguien. Y eso redunda en conformismo social.
Por desgracia, las causas de la pobreza en
México no son sólo los bajos salarios, las
mínimas y bastante mediocres oportunidades de empleo, la
falta de preparación escolar y técnica para el
trabajo, sino además, "el papel que jugó el Estado en
los años sesenta, en países como Brasil o
México, en el desarrollo de lo que pueden llamarse
regímenes de acumulación excluyentes" [14].
Regímenes que, en efecto, se apoyaron en una
intervención del Estado que
llevó a incrementar la participación de los
más ricos y de las nuevas capas medias ricas en el ingreso
nacional, en detrimento de la mayor parte de la población.
Por cierto, no se trata de cuestionar las políticas
de ajuste como causa única de la agravación de la
pobreza. Los regímenes de acumulación excluyentes
tienen, evidentemente, una parte de la responsabilidad. Por ejemplo, los gobiernos
neoliberales de Miguel de la Madrid, Carlos
Salinas y Ernesto Zedillo, son un ejemplo de ello. El de Salinas
de Gortari, sin embargo, es el mayor ejemplo. En procesos
sospechosos y viciados, multimillonarios como Ricardo Salinas
Priego, Carlos Slim, Alfredo Harp Helú y otros,
adquirieron las empresas transnacionales y los bancos
nacionalizados arbitrariamente en 1982 por José
López Portillo.
Jacques Valier (1994) señala que "otras
veces, como en la sección ‘Repensar el papel del
Estado’ del informe del
Banco Mundial
de 1991, se insiste en el carácter clientelista, es decir, predador,
de numerosos Estados de los países subdesarrollados". Y se
muestra, lo
que es una realidad, que estos Estados benefician
básicamente a los estratos sociales más ricos,
tienden a aumentar la exclusión
social, logran el apoyo de los grupos
influyentes a las capas dirigentes y, al mismo tiempo,
impiden eventuales explosiones sociales mediante la
creación de empleos públicos o construcción de infraestructura. O se
falsea la realidad, por ejemplo, al afirmar que la mala calidad
de los servicios
públicos obedece al exceso de burocracia, como
si no influyese para nada la profunda caída de las
inversiones
públicas en los años ochenta, que fue parte
integrante de las políticas de ajuste" [15].
SEGUNDA PARTE: PROGRAMAS Y ACCIONES PARA
EL COMBATE A LA POBREZA: LA EXPERIENCIA INTERNACIONAL
Desde las perspectivas de los pobres, la
corrupción,
la falta de pertenencia y el comportamiento
abusivo
suelen empañar a las instituciones
formales del Estado.
Clare Short, Secretario de Estado para el
Desarrollo Internacional, Reino Unido, y James D. Wolfensohn,
Presidente del Banco Mundial.
(Prefacio del libro La
voz de los pobres: ¿Hay alguien que nos
escuche?).
2.1. El combate a la pobreza
Al igual que en México, en el resto del
mundo el aumento de la pobreza es alarmante y exponencial
año con año, y se incrementa especialmente en el
sudeste de Asia, en
África y América
Latina. Por supuesto, los gobiernos de los países
instrumentan programas tendientes a combatirla, al igual que
grandes instituciones mundiales. Una de las instituciones
internacionales más interesadas en el combate y
erradicación de la pobreza es el Banco Mundial, que, en su
sitio web,
señala que para alcanzar los objetivos
propuestos para el siglo XXI en materia de
combate a la pobreza, se deben seguir una serie de medidas y
estrategias.
Entre ellas se puede mencionar a las siguientes:
1) Los países en vías de
desarrollo tienen que embarcarse en estrategias que les
ayudarán a conseguir estos objetivos. Los miembros de
gobierno tendrán que prestar particular atención en áreas de pobreza y
desarrollo
social:
· Acelerar el crecimiento
económico. El crecimiento es el
arma más poderosa en la lucha para mejorar la calidad de
vida. Un crecimiento más rápido
requerirá políticas que estimulen la estabilidad
macroeconómica, que muevan recursos hacia sectores
más eficientes y que se integren con la economía
global.
· Mejorar la distribución del ingreso y de la
riqueza. Los beneficios del crecimiento
para los pobres pueden erosionarse si la distribución del
ingreso empeora. Sin embargo, las políticas dirigidas a
una mejor distribución del ingreso no se han entendido
bien; por lo tanto, aprender más sobre el impacto de estas
políticas sobre la distribución debe ser
prioritario.
· Acelerar el desarrollo social. Los
indicadores sociales se beneficiarán de los adelantos en
el crecimiento
económico y en la distribución del ingreso y de
la riqueza, pero todavía queda espacio para
políticas que se centran en intervenciones que tienen gran
impacto sobre la salud y la educación.
Las prioridades en la lista son la educación femenina, el
acceso a agua potable y
salud, la inmunización para los niños,
así como la protección de los más
vulnerables. También se tiene que prestar atención
a las estructuras
sociales e instituciones que afectan al desarrollo.
2) Los donantes y las agencias internacionales
deben apoyar a los países que demuestran
determinación en adoptar los retos de los objetivos para
el siglo XXI.
3) Las agencias internacionales deben trabajar
con países en vías de desarrollo para fortalecerles
la capacidad de observar el progreso en los resultados. Esto
requerirá asegurar que la infraestructura estadística en países claves sea
adecuada para realizar encuestas y
analizar los resultados, además de asegurar que hay
capacidad para realizar estudios participatorios y escuchar la
voz de los pobres.
2.2. La medición de la pobreza
Los cambios en las mediciones de pobreza, y en
los indicadores sociales, a través del tiempo y los
lugares revelan si las políticas para reducir la pobreza
están funcionando o no, tanto a nivel global como a nivel
de país. Indicadores de nivel de proyecto indican
si un programa ha funcionado o no. En ese sentido, el Banco
Mundial trabaja exhaustivamente para saber si ha habido progreso
y dónde ha habido progreso en alcanzar los objetivos de la
Estrategia XXI,
lo cual eventualmente ayudará e influenciará el
diseño
de políticas y proyectos. Por desgracia, los resultados no
parecen ser muy alentadores en los últimos
tiempos.
No obstante, el Banco Mundial señala que
"el
conocimiento sobre lo que funciona para reducir pobreza tiene
que, primero y más importante, guiar en la
formación de políticas y programas de un
país. Es por esta razón que es esencial que en cada
país exista capacidad de estudiar la pobreza y analizar el
impacto de los proyectos y programas. El Banco Mundial continua a
trabajar en varios países para fortalecer las capacidades
locales aconsejando lo que funciona o no (…) El mismo
conocimiento debe también influenciar las decisiones sobre
el tipo de ayuda que el Banco Mundial ofrece a los países.
Por esto tiene gran importancia basar la formulación de
las Estrategias de Asistencia a los Países (EAP) sobre
recientes análisis de pobreza y asegurar que las
políticas y proyectos que nosotros apoyamos son los que
prometen el mayor impacto en términos de reducción
de pobreza" [16].
2.2.1 Medición de la pobreza a nivel
país
¿Cómo se mide la pobreza a nivel
de país? El Banco Mundial indica que "la manera más
común de medir la pobreza es a través de los
niveles de ingreso o consumo. A un
individuo se
le considera pobre si su nivel de ingreso o consumo se
sitúa por debajo de un nivel mínimo que le permita
satisfacer sus necesidades básicas. A este nivel
mínimo se le suele denominar línea de
pobreza" [17].
Evidentemente, lo que es necesario para
satisfacer las necesidades básicas varía a
través del tiempo y las sociedades.
Por lo tanto, las líneas de pobreza varían
según el tiempo y el lugar, y cada país utiliza
líneas que son apropiadas en relación con su nivel
de desarrollo, normas y valores
sociales.
"La información sobre el consumo y el ingreso
se obtiene a través de encuestas por muestreo en las
cuales se hacen preguntas a las unidades familiares sobre sus
hábitos de gasto y fuentes de
ingreso. Estos tipos de encuestas se complementan cada vez
más con técnicas
participativas, en las que se pregunta a los individuos
cuáles son sus necesidades básicas y cómo
definirían el término pobreza" [18].
Lo que es interesante, añade el Banco
Mundial, es que los resultados de nuevas investigaciones
demuestran un alto grado de concordancia entre líneas de
pobreza basadas en evaluaciones objetivas y subjetivas de las
necesidades.
2.2.2 Medición de la pobreza a nivel
global
Nuevamente el interrogante: ¿cómo
se mide la pobreza a nivel global? "Cuando se estima la pobreza a
nivel mundial, se tiene que usar la misma línea de pobreza
de referencia, y expresarla en una unidad común a
través de los países. Por lo tanto, a efectos de
agregar y comparar datos a nivel
global, el Banco Mundial usa líneas de referencia de $1 y
$2 por día en dólares de 1993, en términos
de la Paridad del Poder
Adquisitivo (PPA, donde la PPA mide el poder adquisitivo relativo
de las monedas a través de los países)"
[19].
Según el Banco Mundial, se ha estimado
que en 1999, unas mil doscientos millones de personas en el mundo
tenían niveles de consumo inferiores a $1 por día
—23 por ciento de la población de los países
en desarrollo—, y unas dos mil ochocientos millones de
personas vivían con menos de $2 diarios. Estas cifras
están por debajo de las estimaciones anteriores, lo que
indica que algún progreso ha tenido lugar, pero siguen
siendo demasiado altas en términos de sufrimiento humano,
y queda mucho por hacer.
Se debe enfatizar que, para analizar la pobreza
en un país determinado, el Banco Mundial siempre usa
líneas de pobreza basadas en las normas de dicha sociedad.
No obstante, dado el tiempo que toma recopilar
y sistematizar los datos de las encuestas de los hogares, de
donde son extraídas las cifras anteriores, y la
complejidad del ejercicio de estimación, estas cifras
aparecen con un retraso y se actualizan solamente cada tres
años. Se corre el riesgo de que,
cuando se diseñen nuevas estrategias para combatir la
pobreza, al haberse desfasado los datos, nuevas contingencias y
cambios de impacto negativo den como resultado programas y
directrices poco objetivos y, eventualmente, con resultados
alejados de lo proyectado.
2.2.3 Nuevas direcciones en la
medición de la pobreza
El Banco Mundial indica que "aunque que se ha
realizado gran progreso en la medición y análisis
de la pobreza del ingreso, se necesitan más esfuerzos para
medir y estudiar todas las otras dimensiones de la pobreza. Para
la preparación del Informe sobre el Desarrollo Mundial:
Lucha Contra la Pobreza, publicado en septiembre del 2000, se
realizó mucha investigación en las otras
dimensiones de la pobreza la definición de indicadores, la
recolección
de datos y la evaluación
de tendencias" [20]. La agenda del Informe sobre el desarrollo
mundial —señala la misma fuente— ha incluido
tanto la unión de indicadores sociales comparables y de
alta calidad para la educación, la salud, y el acceso a
servicios e
infraestructura, como el desarrollo de indicadores que examinan
otras dimensiones —por ejemplo, el riesgo, la
vulnerabilidad, la exclusión social, el acceso al capital
social—. El programa de trabajo, además, ha incluido
métodos de
comparar un concepto
multidimensional de pobreza, cuando la agregación de todas
las dimensiones en un solo índice podría no tener
sentido.
"Además de extender la gama de
indicadores de pobreza, es necesario trabajar en la integración de los datos obtenidos a
través de encuestas por muestreo con la información
obtenida por medio de técnicas más participativas,
las cuales usualmente ofrecen observaciones interesantes, como
sobre por qué los programas tengan menor o mayor éxito.
Los enfoques participativos ilustran: la naturaleza del
riesgo y de la vulnerabilidad, cómo los factores
culturales y étnicos interactúan y afectan la
pobreza, cómo la exclusión social limita la
participación de las personas en el desarrollo, y
cómo las barreras hacia esa participación pueden
ser eliminadas. De nuevo, un trabajo en la integración de
análisis de la pobreza basadas en encuestas por muestreo y
en técnicas participativas ha sido realizado para la
preparación del Informe sobre el desarrollo mundial"
[21].
2.3 Las tendencias de la
pobreza
2.3.1 Mejoría en los niveles de
vida
Según el Banco Mundial, los niveles de
vida han mejorado drásticamente en los últimos 30
años. El crecimiento de consumos per cápita en
países en vías de desarrollo ha ascendido de un 1.4
por ciento al año entre 1980 y 1990, y de un 2.6 por
ciento entre 1990 y 1998. Como resultado, millones de personas
han superado su situación de desesperante pobreza. A pesar
del progreso mencionado, la población de los países
en vías de desarrollo ha crecido rápidamente,
pasando de dos mil novecientos millones en 1970 a cinco mil cien
millones en 1999, y muchas personas han seguido naciendo
pobres.
"La proporción de la población
mundial que vive en extrema pobreza económica, definida
como subsistencia con menos de un dólar al día (en
dólares de 1993, ajustados para explicar diferencias en
poder adquisitivo en los distintos países), ha descendido
de un 29 por ciento en 1990 a un 23 por ciento en 1999" [22]. La
misma fuente señala que verdaderos adelantos en
indicadores sociales han acompañado al crecimiento de los
ingresos en término medio. La mortalidad infantil ha
descendido de un 107 por mil nacimientos en 1970, a un 59 por mil
en 1999. En general, la expectativa de vida ha aumentado de
cuatro meses cada año desde 1970.
"El crecimiento en producción alimentaria ha superado
substancialmente al crecimiento de la población. Los
gobiernos han informado de un rápido progreso en
matriculaciones de educación. El porcentaje de adultos que
ya saben escribir y leer también ha aumentado de 53 por
ciento en 1970 a 74 por ciento en 1998. Las diferencias de
género se han estrechado: la diferencia en el porcentaje
de chicos a chicas en educación primaria ha bajado de 11
en 1980 a 5 en 1997. Hoy en día el mundo en vía de
desarrollo es más sano, está mejor alimentado y
está mejor educado" [23].
2.3.2 Persistencia en las grandes
disparidades regionales
Mientras la reducción de la pobreza ha
progresado a nivel mundial, esta reducción no ha sido
uniforme, y grandes disparidades regionales todavía
persisten. La pobreza, afirma el Banco Mundial, está
creciendo rápidamente en Europa y Asia
Central, y continúa creciendo en África
Subsahariana. "En Asia, donde viven la mayoría de los
pobres, la proporción de personas que viven en pobreza ha
descendido dramáticamente en las últimas
décadas, pero la reciente crisis
está parando el progreso. Alrededor de cuatrocientos
noventa millones de personas todavía viven en pobreza en
Asia del Sur.
Hay también grandes diferencias
regionales en un número de indicadores sociales"
[24].
Del mismo modo, el Banco Mundial informa
que:
I. Todas las regiones en vías de
desarrollo han experimentado una disminución en la
mortalidad infantil. De todos modos, el índice de
mortalidad infantil en Asia del Sur sigue siendo más o
menos igual que el de Asia del Este de principios de los
años 70. Estas cifras indican un escaso avance en Asia del
Sur al igual que favorables condiciones iniciales en Asia del
Este.
La mortalidad infantil en África
Subsahariana es superior a la de Asia del Este.
En general, 151 de 1,000 niños africanos
mueren antes de cumplir cinco años, y 92 de 1,000
niños mueren antes de cumplir un año de vida. Nueve
países africanos tienen un porcentaje de mortalidad
infantil inferior a cinco años (Angola, Burkina-Faso,
Guinea-Bissau, Malawi, Mali, Mozambique, Níger, Ruanda, y
Sierra Leona).
II. El total de matriculaciones en escuelas
primarias ha aumentado en todas las regiones. Pero la
proporción en África Subsahariana, que había
ascendido de 51 por ciento de la población elegible a 81
por ciento en 1980, ha descendido a un 78 por ciento en 1994,
reflejando problemas
más complejos. Otra vez, estos porcentajes reflejan
grandes disparidades en ciertos países. Cuatro
países en África tienen menos de la mitad de sus
niños matriculados en escuelas primarias (Burkina Faso,
Etiopía, Mali, y Níger).
III. Finalmente, las diferencias de
género en educación también varían
mucho según las regiones. Tanto en África central y
occidental cuanto en África del Norte y en Asia del Sur,
los porcentajes de chicas en las escuelas son mucho más
bajos que los porcentajes de chicos, mientras que en algunos
países de América
Latina en las escuelas hay más chicas que
chicos.
2.4 Objetivos para el siglo
XXI
2.4.1 Metas de desarrollo del
milenio
Según el sitio web del Banco Mundial, el
irregular progreso en desarrollo es preocupante, pues los flujos
de comercio y
capital que integran la economía global pueden beneficiar
a millones, pero al mismo tiempo pueden hacer que la pobreza y el
sufrimiento continúen. En un mundo integrado, las enfermedades, la
degradación ecológica, los conflictos
civiles y las actividades criminales son también
preocupaciones de carácter global.
"Agencias internacionales para el desarrollo,
respondiendo a preocupaciones sobre la pobreza a escala global,
han empezado a reexaminar las maneras en las que hacen negocios.
Las agencias internacionales para el desarrollo tienen más
en cuenta el impacto que el dinero
aportado, estableciendo objetivos en ejecución. Al mismo
tiempo las agencias internacionales para el desarrollo
están intensificando sus responsabilidades y
transparencias midiendo el progreso hacia estas metas"
[25].
Las Metas de Desarrollo del Milenio del Banco
Mundial resumen las metas de desarrollo convenidas en las
conferencias internacionales y las cumbres mundiales durante los
años 90. En la Asamblea del Milenio en septiembre 2000,
los líderes mundiales sintetizaron metas y objetivos
claves de desarrollo en la Declaración del Milenio. "De
acuerdo con la declaración, el Fondo Monetario
Internacional, la
Organización para la Cooperación y el
Desarrollo Económicos, las Naciones Unidas y
el Banco Mundial han ideado un sistema
comprensivo de ocho metas, 18 objetivos y más de 40
indicadores para determinar el progreso" [26]. Las ocho metas
son:
1. Erradicar la extrema pobreza y el
hambre.
2. Lograr una educación primaria
universal.
3. Promover la igualdad de
las mujeres.
4. Reducir la mortalidad infantil.
5. Mejorar la salud materna.
6. Combatir el VIH/SIDA, la malaria
y otras enfermedades.
7. Asegurar la sostenibilidad
ambiental.
8. Forjar una colaboración mundial para
el desarrollo.
El Banco Mundial señala que estos
objetivos son expresados en términos globales pero tienen
que ser seguidos por cada país. Alcanzar estas metas
requerirá construir gobiernos efectivos y
democráticos, proteger los derechos humanos
y respetar las leyes.
El Banco Mundial vigilará
sistemáticamente el progreso realizado hacia el
cumplimiento de estos objetivos en los países a los que
ayuda.
2.4.2 Alcanzar los objetivos
"El objetivo del bienestar económico
requiere la reducción a la mitad de la proporción
de personas que viven con menos de un dólar al día
para el año 2015. Una reducción entre el 29 y 14,5
por ciento reducirá el número de individuos pobres
entre 1.2 billones en 1990 a 890 millones en 2015" [27].
¿Es esto viable? La pobreza del ingreso es una función
del crecimiento —si los ingresos de todos aumentan al mismo
tiempo que la economía, entonces cada año menos
gente tendrá ingresos por debajo de la línea de la
pobreza— y del extenúo en el cual los ingresos de
los pobres crecen cuando la economía se expande. Por lo
tanto la respuesta depende en las perspectivas de crecimiento y
distribución de ingresos.
"Si los países continúan
creciendo de la misma manera que hicieron durante el
período 1990-95 y todos se benefician igualmente, entonces
los objetivos globales para la pobreza se realizarán.
Algunos países no se han desarrollado rápidamente,
pero los países con la mayoría de gente pobre
—India y
China—
sí lo hicieron. Si esto continua así, los objetivos
se realizarán" [28]. De todos modos, las tendencias
pasadas —dice el Banco Mundial— pueden ser un mal
ejemplo para predecir el crecimiento. Las predicciones hechas en
enero de 1998 indicaban que la mayoría de las regiones
iban a alcanzar las metas. La excepción es África
Subsahariana, donde el crecimiento no va a ser
suficiente.
También se debe tener en cuenta la
distribución del ingreso. Según el Banco Mundial,
una mayor desigualdad en la distribución del ingreso
reducirá los números de los que se benefician de
los mismos promedios de crecimiento. Mientras la
distribución de ingreso tiende a estabilizarse a
través del tiempo, hay evidencia que la desigualdad se
estaba deteriorando en Asia del Este antes de la crisis y que la
desigualdad persiste en altos niveles en África
Subsahariana (particularmente en Sudáfrica) y Latinoamérica.
"Alcanzar los objetivos sociales no será
fácil. Si la tasas de mortalidad infantil siguen iguales a
las de 1990, el número de muertes infantiles será
de 8.8 millones en 2015.
Alcanzar el objetivo de reducir la mortalidad
infantil a dos tercios requerirá llevar este número
a un total menor de 3 millones" [29].
Al mismo tiempo, lograr el objetivo de
matriculaciones primarias requerirá inscribir en las
escuelas primarias a más de doscientos millones de
niños, e incrementar un 41 por ciento de la actual
situación. Alcanzar estos objetivos no va a ser
fácil. Voluntad política, adelantos
en educación femenina, programas sanitarios y crecimiento
del ingreso para todos pueden hacer que los objetivos de
mortalidad infantil y de educación se alcancen. Si no es
así, los costos serán enormes. Pero además,
hay un grave obstáculo: la sustentabilidad de la
matrícula. El problema no es matricular niños, sino
evitar la deserción
escolar, sobre todo porque ésta se da como efecto de
la necesidad económica de los niños por emplearse y
apoyar el gasto de la familia.
Así, los chicos y chicas menores de 14 años se ven,
día a día, forzados a escoger entre trabajar para
comer, y seguir estudiando. En el caso de México, como ya
se ha visto, hay programas que apoyan a las familias para darles
determinadas condiciones de suficiencia alimenticia para que los
niños no abandonen sus estudios. Por desgracia, sostener
este tipo de programas es caro, y no es viable pensar que se
instituyan en Asia y África, al menos por el
momento.
2.5 Programas y acciones para el combate a
la pobreza en otras naciones
Para efectos de la presente
investigación, y para ilustrar comparativamente la
estrategia de los países e instituciones en materia de
combate y erradicación de la pobreza, se van a analizar
los casos de algunos países y la experiencia y prioridades
del Banco Mundial en la difusión de documentos
encaminados a establecer estrategias en tal sentido.
2.5.1 Prioridades de capacitación y fortalecimiento de la
capacidad en los países de bajo ingreso por parte del
Banco Mundial
Para poder establecer líneas de acción
comunes entre las instituciones internacionales y los gobiernos
de los países, el Banco Mundial, junto con el Fondo
Monetario Internacional, principalmente, ha elaborado una serie
de directrices contenidas en los llamados Documentos de
estrategia de lucha contra la pobreza. Algunos de estos
documentos son la Gestión de gobierno y la lucha contra
la pobreza y los Procesos Participativos en la Estrategia
de Lucha contra la Pobreza. Sin embargo, en el informe
titulado Examen del mecanismo de los documentos de estrategia
de lucha contra la pobreza (DELP): Principales conclusiones,
ambas instituciones son rotundas al indicar que la falta de
capacidad y la imposibilidad de utilizar eficazmente la capacidad
disponible, siguen limitando considerablemente la
preparación, la implementación y el seguimiento de
los DELP en muchos países.
No sólo es necesario aumentar la
capacidad de los gobiernos, sino también la de otras
partes interesadas, a fin de iniciar un diálogo
sobre políticas. Ello ha limitado enormemente la
ejecución de estas directrices en detrimento del combate a
la pobreza.
El Banco Mundial insiste en que se requiere una
labor concertada de los países y sus socios en el
desarrollo para mejorar la capacitación y
divulgación de buenas prácticas, fortalecer la base
de conocimientos y la comprensión de la importancia del
crecimiento y la reducción de la pobreza. Dice que una
divulgación amplia en varios idiomas de este documento y
del documento conjunto preparado en el marco del examen de los
DELP, además de un breve folleto sobre las buenas
prácticas destacadas durante el examen, como primera
medida, podría contribuir a compartir las
enseñanzas adquiridas hasta la fecha por los distintos
países, sus socios en el desarrollo, y el personal del
Banco y el Fondo. Para llevar a cabo la tarea general de
fortalecer la capacidad y cubrir las carencias en materia de
conocimientos, las siguientes medidas serán prioritarias
[30]:
· Incremento del aprendizaje y la divulgación de
buenas prácticas en lo relativo al mecanismo de los
DELP y, en particular, las oportunidades de aprendizaje en
los países que participan en el programa de los DELP,
incluidos:
a) La continuación de los programas
regionales de aprendizaje, pero más orientados a una
"capacitación técnica aplicada" centrada en
áreas específicas (por ejemplo, fuentes de
crecimiento, la gestión del gasto
público y el análisis de los efectos en la
pobreza y la situación social).
b) La preparación de programas de
aprendizaje para el personal orientados a una adecuada labor de
preparación e implementación de los DELP y al
intercambio de información sobre buenas prácticas e
innovaciones recientes en áreas como el análisis
del crecimiento, la evaluación del clima para las
inversiones, la gestión del gasto público y el
análisis de los efectos en la pobreza y la
situación social, y c) El fomento de "prácticas
comunes" como complemento de los programas de aprendizaje directo
en áreas clave como el análisis de la pobreza y el
uso de Internet y
otras tecnologías apropiadas.
· Realce de los programas de investigación y
análisis para respaldar los aspectos fundamentales del
mecanismo de los DELP, incluido el fortalecimiento a más
largo plazo de la capacidad para que dichos análisis
puedan realizarse en los propios países,
centrándose en fuentes de crecimiento que favorezcan a los
pobres. Reforzar los vínculos entre las políticas
macroeconómicas y estructurales y sectoriales y los
resultados en la lucha contra la pobreza. Mejorar el
análisis de los efectos en la pobreza y la
situación social de las políticas públicas y
abordar el problema de la vulnerabilidad y las perturbaciones
externas.
· Aumentar el suministro de recursos apropiados de asistencia
técnica, incluido un uso más exhaustivo de la
capacidad técnica local para facilitar la
preparación, la implementación y el seguimiento de
los DELP, sobre todo en las siguientes áreas:
a) Reunión y gestión de datos de
conformidad con los códigos y normas internacionales,
incluido el Sistema de Normas Generales para la
Divulgación de Datos (NGDD);
b) Seguimiento y evaluación;
c) Análisis macroeconómico para
los gobiernos y la sociedad
civil;
d) Gestión del gasto público
(GGP);
e) Análisis de la pobreza y los efectos
sociales, y f) Establecimiento de prioridades, incluido el
mejoramiento de metodologías de "estimación de
costos" para evaluar las soluciones de
compromiso en la aplicación de políticas
intersectoriales.
2.5.2 El caso Chile
En el caso de Chile, el investigador
alemán Philipp Boetzelen señala algunas
conclusiones sobre el combate a la pobreza en Chile, en la
investigación titulada Políticas sociales y el
combate de la pobreza en Chile después de 1990, que
fue presentada ante la Universität Tübingen de Alemania en
2002:
1. En los últimos años la pobreza
en Chile disminuyó significativamente. El porcentaje de
hogares pobres se redujo de 38% en 1987 a 34% en 1990, y a 28% en
1992.
2. El numero de pobres se redujo de 5.3
millones en 1990 a 4 millones en 1994.
3. No obstante, se observa que la
participación de los estratos más bajos en el
ingreso total se reduce en vez de aumentar y la
participación de la clase media
crece.
4. La reducción de la pobreza
ocurrió gracias al crecimiento económico en su
totalidad y no debido a políticas sociales de
repartición.
5. El crecimiento económico influye por
vía del aumento de empleos y la apreciación de la
moneda (que tiene como consecuencia la reducción de
precios para
productos
importados) en la disminución del nivel de
pobreza.
Asimismo, Boetzelen observa lo siguiente
[31]:
I. Desde comienzos del siglo hasta 1973 hubo
una expansión gradual en el gasto público social,
en la cobertura de los programas de educación, salud y
previsión social y en los beneficios otorgados a la
población.
· El
estado no sólo financiaba estos servicios, sino que cada
vez más tomó un rol de productor y administrador de
dichos servicios.
· Ponía énfasis en programas universales, poco
focalizados.
· La
administración de los programas de combate
contra la pobreza era vertical y centralizada.
· El
gasto social era progresivo y no siempre tenía una
contraparte en los ingresos, lo que finalmente llevó a
cifras altas de inflación.
II. A partir de 1974, el régimen militar
transformó sustancialmente la política
social. Ahora ésta debía subordinarse a la
política
económica. El nivel del gasto social se redujo (de
17,2% del PIB en 1971 a
11,0% en 1980) y se introdujeron mecanismos de mercado en la
asignación de los recursos públicos (subsidio a la
demanda). Se
privatizó la seguridad
social y el estado traspasó funciones de
ejecución y entrega de otros servicios sociales al sector
privado. Además, tras la reducción de los gastos sociales
se focalizaron los programas de combate a la pobreza para llegar
a los sectores más pobres. Esto era posible en la medida
en que se controlaron estrictamente las demandas sociales de
otros grupos.
Ahora bien, durante el gobierno de la
concertación, es decir, el período del primer
gobierno democrático en Chile después del retiro
del General Augusto Pinochet, se produjeron los siguientes hechos
[32]:
1. El concepto teórico de la
política social y la estrategia de combate a la pobreza
difiere del anterior vigente, pero en la practica se
prosiguió con él y se perfeccionaron elementos del
modelo de
política social aplicado por el régimen
militar.
2. Para el gobierno democrático ya no se
trataba solamente de mitigar (en forma paternalista) los efectos
negativos que lleva consigo la aplicación del "modelo
neoliberal", sino de reivindicar el desarrollo para
todos.
3. Los subsidios y ayudas financieras a
sectores más pobres se redujeron en favor de medidas
integradoras.
4. El gobierno se propuso compatibilizar, al
interior de una economía capitalista de libre mercado y en
un marco de equilibrio
macroeconómico, el crecimiento económico de largo
plazo basado en la empresa
privada y la orientación exportadora, con el mejoramiento
de las condiciones distributivas y el combate a la
pobreza.
5. Se pretendió favorecer el apoyo a
grupos y se fomentó la organización y participación social
como también las actividades productivas a pequeña
escala.
6. La asistencia social individual fue
percibida como una medida en situaciones límites y
representa la excepción más que la
regla.
7. Aunque se consideraba crucial el crecimiento
económico sostenido y el control de la inflación a
fin de reducir el nivel de pobreza, se reconoce la importancia
del rol regulador del Estado.
En cuanto a la reforma tributaria, Boetzelen
indica que ya en 1990 se despidió la reforma tributaria
que permitió una expansión de los recursos
destinados a fines sociales (aunque sólo implicaba un leve
aumento de los impuestos para grupos económicos e
individuos con altos ingresos). Además, se amplió
la política social focalizada introducida por el
régimen militar: a los sectores de extrema pobreza y el
segmento materno-infantil, se suman las mujeres, los
jóvenes y los pueblos indígenas mediante la
creación de tres instituciones:
· El
SERNAM o Servicio
Nacional de la Mujer.
· El
INJ o Instituto Nacional de la Juventud.
· El
CONADI o Corporación Nacional de Desarrollo
Indígena.
"La focalización es necesaria en
programas especialmente dirigidos a generar oportunidades para
que los sectores más postergados puedan superar las causas
de la pobreza o vulnerabilidad que los afecta" [33]. La CONADI,
por ejemplo, ofrece cursos para microempresarios
(indígenas), becas escolares/universitarias y apoya la
creación de microempresas
con préstamos favorables o subsidios.
En materia de descentralización,
dice Dagmar Raczynski, el gobierno de la Concertación
profundizó la descentralización administrativa y
política, creando gobiernos regionales y democratizando
las autoridades municipales. No obstante, los niveles regional y
local del Estado carecen de los recursos
humanos y financieros que exige una administración descentralizada. A la fecha
el Estado chileno trabaja intensamente para allanar esta
laguna.
En cuanto a la relación
Estado–instituciones privadas, el Estado juega un rol
esencial en el área social, pero este rol se limita en
muchos casos a la
administración y el financiamiento
de proyectos sociales, por lo que cada vez más son
instituciones del sector privado (organizaciones no
gubernamentales, organizaciones gremiales, sindicales y de la
comunidad; empresas privadas) las que diseñan y ejecutan
los programas sociales [34]. En muchos casos, el gobierno
proporciona fondos susceptibles de adjudicación por
concurso y se elige el proyecto más conveniente para los
fines del programa. Una vez elegido su proyecto, el organismo que
lo propuso (sea ONG, organismo
público, empresa privada)
comienza con la implementación y recibe una parte del
financiamiento de la administración estatal. La otra parte
la recibe después de la implementación "exitosa"
del proyecto/programa. Sobre todo en el sector de
educación compiten muchas empresas privadas con fines de
lucro. De la supervisión efectiva del Estado dependen
los resultados esperados en estos casos.
Philipp Boetzelen afirma que la
fundación FOSIS (Fondo de Solidaridad e
Inversión Social) expresa con más
claridad el nuevo concepto del combate a la pobreza.
Representa un instrumento complementario a la
política social sectorial. "El FOSIS es un organismo
público y depende del Ministerio de Planificación y Coordinación Nacional. El propósito
del FOSIS es fomentar el acceso de los hogares más pobres
y de las localidades más postergadas a los programas
regulares del Estado" [35]. Apunta, por tanto, a la
integración de los sectores que quedan fuera del
crecimiento económico y/o que no tienen la posibilidad de
articular sus demandas. Se distinguen cuatro líneas
programáticas:
I. Apoyo a la microempresa
urbana.
II. Apoyo a la economía
campesina.
III. Apoyo a la juventud popular.
IV. Apoyo a la organización social y
formación de capacidades en localidades pobres.
"Estas líneas tienen en común que
recogen iniciativas/proyectos de la base social (por medio de un
concurso, por ejemplo) y que favorecen un trabajo común
entre esta base social y otros agentes. A pesar de todo, el
presupuesto del FOSIS es muy bajo y sólo representa un 1%
del gasto social de cada año. Varios proyectos se
realizan, además, con aportes de los propios
beneficiarios, de los ejecutores de fundaciones y bancos"
[36].
EPÍLOGO
A manera de pregunta, es fácil
plantearse el problema motivo de este análisis:
¿Cuáles son los programas, medidas y estrategias
que implementa y ejecuta el gobierno de México con el fin
combatir la pobreza en el país? Los nombres habidos y
aún existentes son muchos: Aserca, Procampo, Progresa,
etc. La conclusión, como se podrá ver enseguida,
parece ser unívoca: la pobreza no se combate en
México, sino que se mitiga, aunque no mucho. Véase,
antes, un breve resumen ejecutivo del tema puesto hoy en la mesa
de análisis.
El presente trabajo dio comienzo con un
preámbulo en el cual se hizo una serie de consideraciones
personales acerca del fenómeno de la pobreza, siendo una
de las más importantes el hecho de que haberse incorporado
al orden económico mundial dominante, no sirvió a
México para escapar del fantasma de la miseria. Si bien no
se cuestiona tal incorporación —porque de todos
modos ya está dada—, sí se duda de su
éxito.
Posteriormente, se definió el concepto
de pobreza, aunque se probó que no se circunscribe a la
falta de ingresos, o a la baja cantidad de ingresos de un
individuo o familia.
Enseguida, se abordó el estudio de la pobreza, ya que
ésta es un fenómeno dado por la incidencia y
correlación de otros fenómenos sociales y
económicos —salud, ingreso, marginación,
educación, etc.—. Después, se revisaron las
características de los programas de combate a la pobreza
en México, los antecedentes de éstos y los
resultados de su ejercicio en México. Se analizó la
composición y estructura de
los programas establecidos y operados por el gobierno mexicano
para combatir el problema de la pobreza en el país. De
igual modo, se conocieron los programas, medidas y estrategias
implementados y ejecutados por el gobierno de los estados Unidos
Mexicanos con el fin combatir la pobreza en el
país.
Es posible creer que la estrategia
idónea para combatir la pobreza sería, por
demás, una utopía, traducida en el fin de la
corrupción y la inmoralidad pública,
la equitativa distribución de la riqueza a través
de salarios verdaderamente justos, la inversión y
generación de empleos, y la educación y
capacitación de la población en edad de actividad
económica. Como sea, hay una realidad innegable: La
pobreza en México es paliada por el gobierno de los
Estados Unidos Mexicanos con base en una serie de programas
públicos creados en el transcurso del siglo XX por el
régimen priísta y sostenidos por la
administración presidencial de Vicente Fox, pese a
provenir éste de otro partido y no tener antecedentes
populistas, pues además es un hombre de la
iniciativa privada y cuya orientación política no
le permitió nunca fomentar o aplicar esa clase de
medidas.
Pese a todo, la presión
social ejercida sobre él durante su campaña como
candidato a Presidente Constitucional de México para que
no terminara con dichos programas, por un lado, y por otro su
firme intención de ganar dicha elección, lo
obligaron a darles continuidad durante su gestión para el
período 2000-2006, desgraciadamente, sin éxitos o
avances palpables y, mucho menos, cuantificables. Ello permite
ver que no es fácil terminar con este mecanismo populista
sumamente arraigado entre la gente clasificada entre los rangos
de pobreza y marginación, y que se puede
considerar no sólo altamente clientelar, sino
también propiciador de otros vicios sociales. Es
difícil medir cuantitativamente esta afirmación,
pero es una realidad insoslayable: la gente, al recibir recursos
para aliviar su pobreza, se vuelve conformista e irresponsable, y
en cambio, se constituyen en parásitos del erario
público en vez de volverse productivos y, de alguna forma,
hacer —a través del pago de contribuciones, por
ejemplo— que se recupere el dinero recibido en su favor
para seguir apoyando otros programas sociales.
Resta hacerse una pregunta: ¿qué
saldrá más caro, el remedio o la enfermedad? O
dicho de otro modo: ¿qué tanto es verdad pobreza y
qué tanto pereza? Por desgracia, es el resultado de las
malas prácticas de la era del régimen
priísta y se ve difícil erradicarlas o, cuando
menos, estudiarlas matemáticamente. La razón es
simple: tanto a Fox como a sus antecesores, y esperemos que no
sea así con sus sucesores, al generar altas expectativas
sociales, políticas y —sobre todo—
económicas (empleo, inversión, etc.) y no cumplir
con ellas ni satisfacerlas, encuentran una salida fácil y
muy mal disimulada pero que le permite acallar algunas
conciencias —principalmente la suya— con esta clase
de estrategias: los mal llamados programas de combate a la
pobreza.
Me permitiré escribir la siguiente
reflexión, al tiempo sentencia y realidad: La
irresponsabilidad, indecencia, inmoralidad e inconsciencia de los
políticos mexicanos ha obligado al aparato público
estatal, léase ellos mismos, y a los sectores privado,
social e incluso al académico, a cubrir las miserias de
este país con el manto de la caridad. Por desgracia, el
asistencialismo y los programas de combate a la pobreza
—que en realidad ni la combaten ni la alivian sino todo lo
contrario—, son la mejor tela para confeccionar dicho
manto. Un círculo vicioso en el que no sólo se
encuentra México, sino muchos más
países.
He dicho que la pobreza es paliada, ya que no
se alivia en sí. Que, si bien se combate, no se busca
erradicarla. ¿Por qué la dureza de esta
aseveración? Porque para erradicar la pobreza en la
nación
mexicana sería imprescindible conjugar los siguientes
elementos:
· Una educación para el trabajo técnico y
administrativo, equilibrado con la formación
académica de los mexicanos en otras áreas
—ciencias
sociales, exactas, naturales, de la salud y humanidades, y
apostándole mucho a las de ingeniería y tecnología—.
· La
creación constante y equilibrada de fuentes de empleo
permanentes y bien remuneradas, con prestaciones
al menos similares a las establecidas en la legislación
mexicana, y con perspectivas de capacitación permanente y
ascenso.
· La
formación de una cultura de la responsabilidad laboral
para los mexicanos —que no existe, pues si de algo se habla
es de la inconsistencia del personal en el
trabajo—.
· La
supresión de estos programas, a los cuales ya se encuentra
tan acostumbrada una gran parte de la población. Este
hecho, como sería lógico suponer, desataría
una crisis social —ya no se diga la pérdida de la
clientela de cada partido político—. Sin embargo, al
desaparecer éstos, se dejaría de fomentar una serie
de vicios que degeneran en pereza y en falta de responsabilidad
social, pues es más fácil recibir que salir a
buscar. Tal vez la afirmación parezca excesiva, pero un
estudio sociológico más amplio podría
determinar su veracidad o falsedad. Por lo menos, el sentido
común es contundente al respecto.
La conclusión es sencilla, repito: la
pobreza es paliada, y definitivamente así va a seguir
siendo. Lo confirmó la continuidad de los programas de
combate a la pobreza por parte de la administración Fox.
Dicha conclusión es apoyada por un hecho igualmente
insoslayable: en vez de disminuir el número de pobres en
México, cada vez hay más, y a quienes conformamos
la cada vez más golpeada clase media, cada vez nos alcanza
menos el dinero que recibimos por nuestro trabajo —cuando
lo tenemos—. Luego entonces, ¿cuál combate a
la pobreza?.
NOTAS Y REFERENCIAS
BIBLIOGRÁFICAS
[1]: Diccionario Porrúa de la
Lengua
Española, 1991, México, Porrúa, pp.
585-586.
[2]: Ibíd. p. 488.
[3]: Ibíd. p. 398.
[4]: Méndez, José Silvestre
(1998): Problemas económicos de México,
México, McGraw-Hill, p. 71.
[5]: Banco Mundial (2003): ‘Entender la
pobreza’, en
.
[6]: Narayan, Deepa (2000): La voz de los
pobres. ¿Hay alguien que nos escuche? Washington,
Banco Mundial, p. 31.
[7]: Cfr. Ibíd. pp. 31-32.
[8]: Ibíd. p. 32.
[9]: ‘Resultados preliminares de la
investigación a nivel federal sobre el presupuesto para
combate a la pobreza bajo una perspectiva de
género’, 2001, México, Centro de
Análisis e Investigación Fundar A. C., p.
13.
[10]: Ibíd., p. 14.
[11]: Ibíd., p. 20.
[12]: Ibíd., p. 23.
[13]: Ibíd., p. 23.
[14]: Valier, Jacques (1994) : ‘Liberalismo
económico, desigualdades sociales y pobreza en los
países subdesarrollados’, Revista
electrónica Red-Vértice,
en http://www.red-vertice.com/fep/ .
[15]: Ibíd.
[16]: Ibíd.
[17]: Banco Mundial (2003): ‘Entender la
pobreza’, en
http://www.worldbank.org/poverty/spanish/mission/index.htm
.
[18]: Ibíd.
[19]: Ibíd.
[20]: Ibíd.
[21]: Ibíd.
[22]: Banco Mundial (2003): ‘Las
tendencias de la pobreza’, en
http://www.worldbank.org/poverty/spanish/mission/up3.htm
.
[23]: Ibíd.
[24]: Ibíd.
[25]: Banco Mundial (2003): ‘Objetivos
para el siglo XXI’, en
http://www.worldbank.org/poverty/spanish/mission/up4.htm
.
[26]: Ibíd.
[27]: Ibíd.
[28]: Ibíd.
[29]: Ibíd.
[30]: Ahmed, Massod y Nankani, Gobind (2002):
‘Examen del mecanismo de los documentos de estrategia de
lucha contra la pobreza (DELP): Principales conclusiones’,
Washington, Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial y
Asociación Internacional de Fomento, p. 32-33.
[31]: Boetzelen, Philipp (2002):
‘Políticas sociales y el combate de la pobreza en
Chile después de 1990’, Universität
Tübingen de Alemania, en
http://tiss.zdv.uni-tuebingen.de/webroot/sp/barrios/themeC2h.html
[32]: Ibíd.
[33]: Raczynski, Dagmar (1994):
‘Políticas sociales y Programas de combate a la
pobreza en Chile. Balance y Desafíos’, Santiago,
Colección Estudios CIEPLAN No. 39, p. 19.
[34]: Boetzelen, Philipp. Op. cit.
[35]: Ibíd.
[36]: Ibíd.
Emilio Velazco Gamboa
Presidente y
Fundador de la Cátedra Iberoamericana de Ingeniería
Política A. C.
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